La Organización de Solidaridad para los pueblos de África, Asia
y América Latina (OSPAAAL) cumple, en este 2016, 50 años de la creación de su
Secretariado Ejecutivo.
Desde 1990 participa como observadora en los Foros de Sao Paulo. En esta
ocasión, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
de El Salvador, organizadores del XXII Encuentro, dedicará un espacio dentro
del programa para conmemorar la fecha. El FMLN es uno de los partidos
fundadores del Secretariado de la
OSPAAAL.
• Profundos debates definen segunda jornada de Foro de Sao
Paulo
• Entregan orden de la Ospaaal al líder histórico del FMLN
• Llaman a lucha por la paz mundial en Foro de Sao Paulo en El
Salvador
Entregan orden de la solidaridad El Mehdi Membarkapos mortem a Shafick Handal
Lourdes Cervantes Vázquez nos comenta al respecto.
Tricontinental, una epopeya trascendental
También es el momento de rendir homenaje al Che, quien predicó con su
ejemplo personal la aplicación de estos conceptos revolucionarios en África y
América Latina así como a las decenas de miles de combatientes
internacionalistas cubanos que igualmente hicieron suyas estas ideas.
El Mahdi ben Barka, dirigente marroquí y de la Organización de
Solidaridad Afroasiática, OSPAA, a su arribo a Cuba en octubre de 1965 para
precisar los detalles organizativos de la Conferencia
Tricontinental, es recibido en el aeropuerto por el capitán
Osmany Cienfuegos, Secretario de la
Comisión de Relaciones Internacionales del Partido Comunista
de Cuba, acompañado por Pelegrín Torras, viceministro del MINREX, Joaquín Más y
Alberto Fernández Moya, funcionarios de dicha Comisión y el autor, Giraldo
Mazola, entonces Presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos,
ICAP.
El Mahdi ben Barka, dirigente marroquí y de la Organización de
Solidaridad Afroasiática, OSPAA, a su arribo a Cuba en octubre de 1965 para
precisar los detalles organizativos de la Conferencia
Tricontinental, es recibido en el aeropuerto por el capitán
Osmany Cienfuegos, Secretario de la
Comisión de Relaciones Internacionales del Partido Comunista
de Cuba, acompañado por Pelegrín Torras, viceministro del MINREX, Joaquín Más y
Alberto Fernández Moya, funcionarios de dicha Comisión y el autor, Giraldo
Mazola, entonces Presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos,
ICAP.
Por Giraldo Mazola*
La primera reunión de las organizaciones políticas y gobiernos
independientes de 82 países de tres continentes en enero de 1966 en La Habana que dio paso a la
creación de la
Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y
América Latina (OSPAAAL), constituyó una verdadera epopeya.
La Revista
Tricontinental me ha solicitado escribir mis recuerdos sobre
aquel destacado hecho, cuando son perceptibles cincuenta años después, los
transcendentales cambios ocurridos en esos tres inmensos continentes, debido a
la sagaz visión de mancomunar esfuerzos y promover una coherente solidaridad
universal en la lucha conjunta para eliminar de esos territorios los vestigios
de la opresión colonial, enfrentar el surgimiento de modalidades neocoloniales
y el avasallador poder del imperialismo norteamericano.
Esto, como es lógico, implica realizar una valoración sumamente abarcadora y
multifacética.
No se trata de relatar anécdotas de aquella época y detalles de su
organización sino valorar la trascendencia que tuvieron los debates de aquel
cónclave, en el complejo contexto que existía entonces, e identificar con
precisión las fuerzas que favorecían abierta o encubiertamente el mantenimiento
de la explotación del llamado Tercer Mundo, así como haber podido delinear una
clara plataforma antiimperialista para consolidar las precarias independencias
conquistadas y además, lograrla en los múltiples países donde se reprimían los
intentos de alcanzarlas.
La esperanza surgida en el vasto mundo colonial que consideró que la
victoria sobre los fascismos alemán y japonés extendería a sus países las
proclamas de libertad y democracia que se enarbolaron entonces, se vio pronto
disuelta cuando se evidenció que las potencias coloniales y el imperialismo, no
pretendían extenderlas a esos territorios.
Aunque era evidente que como consecuencia de aquella devastadora II Guerra
Mundial, se habían estremecido las bases del sistema colonial, se intentó
mantenerlo a sangre y fuego.
Casi 20 años después de aquella guerra muchos territorios africanos seguían
oprimidos por la bota colonial. Surgían aguerridos movimientos insurreccionales
en la antigua Zaire, Guinea Bissau, Angola, Mozambique y Zimbabwe. América
Latina continuaba siendo el traspatio de Estados Unidos donde para atajar el
impacto de la victoriosa Revolución cubana se instauraron gobiernos fascistas
que reprimieron con saña las fuerzas populares.
Surgieron brotes de rebeldía armada en Argentina, Nicaragua, Guatemala, Perú
El Salvador y Venezuela, a la par que tropas estadounidenses con el disfraz de la OEA reprimían con saña una
insurrección popular en República Dominicana.
En Asia se acosaba a la
República Popular China, aislaban a la República Democrática
de Corea mientras se desataba una guerra genocida contra el heroico pueblo
vietnamita por parte de Estados Unidos. En Indonesia se realizaban asesinatos
masivos para liquidar el movimiento popular anti imperialista. Cambodia y Lao
eran atacadas.
La Unión Soviética
hizo enormes esfuerzos por apoyar a los emergentes estados independientes de
África y Asia pero el llamado campo socialista europeo no jugó cabalmente el
papel de solidaridad internacionalista que le correspondía. El Che, con certera
visión, lo denunció tempranamente en Argelia.
A su vez la política de coexistencia pacífica que se trataba de establecer
entre las dos grandes potencias mundiales confundía la justa lucha popular y en
ocasiones la consideraba como un obstáculo a esos fines.
En aquellos días los medios informativos occidentales en coordinación
perfecta divulgaban todo tipo de calumnias contra la revolución cubana y contra
Fidel al desconocerse el paradero del Che Guevara, incapaces de concebir su
voluntad de llevar a cabo precisamente los ideales que se debatían y acordaban
en la Tricontinental.
Antes, en un intento por socavar el evento, asesinaron a uno de sus promotores
y presidente de su comité organizador, el destacado dirigente marroquí, El
Mahdi ben Barka, pocos días después de su visita a Cuba para impulsar sus
preparativos.
En vísperas de la Conferencia Tricontinental el Comandante Manuel
Piñeiro y Giraldo Mazola ofrecen una cena de bienvenida a Yousef El Sebai,
ministro de Cultura de Egipto y Secretario General de la Organización de
Solidaridad Afroasiática, OSPAA, en la sede del ICAP.
Previamente, en septiembre de ese año, Ben Barka presidió en El Cairo la
reunión de la
Organización de Solidaridad de los Pueblos de África y Asia,
OSPAA, que decidió convocar en enero de 1966 en La Habana, la primera reunión
Tricontinental.
Osmany Cienfuegos, secretario de la Comisión de Relaciones Internacionales del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba, fue designado para presidir la
delegación cubana que integramos Joaquín Mas y yo. También acudieron
representantes de los movimientos revolucionarios de Venezuela, Puerto Rico y
Guatemala, esta última representada por el inolvidable Rolando Ramírez.
Osmany no llegó a tiempo a la reunión. Nos parecía a Joaquín, Rolando y a mí
que como consecuencia de las contradicciones chino-soviéticas y de sus
divergencias con lo que pensábamos los cubanos y los movimientos revolucionarios
de nuestra región, la decisión sobre la fecha del evento podría dilatarse.
Ben Barka, hábil parlamentario y hombre audaz y decidido, que compartía los
criterios nuestros sobre la urgencia de acelerar la lucha revolucionaria en
nuestro continente, nos aseguró que se tomaría la decisión y eso hizo. En medio
de una discusión dilatoria, dio un malletazo y lo acordó dejando estupefactos a
los que pretendían posponer ese acuerdo.
Supimos mucho después que la demora de Osmany se debió a que cumplía una
misión del Comandante en Jefe que lo llevó primero a donde entonces el Che
combatía al lado de los revolucionarios lumumbistas en Zaire.
Además del asesinato de Ben Barka, primer mártir de la Tricontinental y de
todos los obstáculos que se interpusieron para dificultar el arribo a Cuba de
los representantes de los movimientos populares, incluso un grupo de
mercenarios fuertemente armados intentó penetrar en el territorio cubano en
vísperas del inicio de la conferencia y fueron apresados por miembros de tropas
guarda fronteras y de la marina de guerra.
Era imprescindible pues delinear que la lucha por la paz universal se
conquistaba en el Tercer Mundo consolidando una clara plataforma común de
combate contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo. De eso se
trataba.
Fidel al clausurar el evento dijo:
“Ha sido esta una gran victoria del movimiento revolucionario.
Nunca había tenido lugar una reunión de tal amplitud y de tal magnitud, en
que las representaciones revolucionarias de 82 pueblos se reunieran para
discutir problemas de interés común.
Nunca una reunión tan amplia, porque aquí han estado representados los
pueblos de tres continentes, los movimientos revolucionarios de los pueblos de
tres continentes, que tienen una común posición antiimperialista, que
representan la lucha de sus pueblos, desde distintas ideas o posiciones
filosóficas, o desde distintas creencias religiosas, representativas en muchas
ocasiones de distintas ideologías, pero que tienen algo de común: lo más común
que une hoy a los pueblos de estos tres continentes y de todo el mundo, que es
la lucha contra el imperialismo, la lucha contra el colonialismo y el
neocolonialismo, la lucha contra el racismo y, en fin, todos esos fenómenos que
son la expresión contemporánea de lo que debemos llamar imperialismo, cuyo
centro, cuyo eje, cuyo soporte principal es el imperialismo yanqui.”
Hoy ese panorama ha cambiado.
En América Latina y el Caribe la existencia de numerosos gobiernos
progresistas y revolucionarios y la creación de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) expresan diáfanamente que los sueños de
Bolívar y Martí, base y sustento de la OSPAAAL, avanzan inexorablemente y Cuba, antes
aislada, consolida y hace más eficiente su socialismo.
En África solo permanece sometida al yugo colonial el territorio de Sahara
Occidental. Se logró alcanzar la independencia de todas las ex colonias
portuguesas y de Namibia y se eliminó el oprobioso sistema del apartheid con el
apoyo de las fuerzas internacionalistas cubanas.
Vietnam infligió una derrota contundente al imperialismo norteamericano y
unificó definitivamente su país. China se desarrolla como la mayor potencia
económica del planeta.
Aquella primera conferencia Tricontinental organizada con premura en La Habana, cuando carecíamos
de experiencia para un evento de tal magnitud, requirió del concurso de miles
de compatriotas, que pusieron todo su empeño para brindar a sus participantes
las mejores condiciones en los debates.
El ulterior constante y sistemático trabajo de la Secretaría de la
organización recién creada posibilitó que las ideas de unidad y solidaridad del
movimiento revolucionario se difundieran, contribuyendo de manera decisiva al
resultado que hoy apreciamos en los tres continentes.
Al escribir estas reflexiones desde Namibia, uno de los países africanos que
luchó con bravura para conquistar su independencia, que hoy exhibe una
envidiable estabilidad política-económica, y donde sus dirigentes mantienen
inalterables los principios que enarboló la Tricontinental en
su primera histórica reunión, puedo afirmar que la visión de Fidel de promover
aquel evento y propiciar con su celebración la consolidación de una plataforma
común de lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo, el
racismo y el sionismo, fue estratégicamente necesaria.
Son pues aún vigentes en las actuales condiciones del mundo estos objetivos
junto a la lucha por la paz y el desarrollo del ahora llamado Sur.
También es el momento de rendir homenaje al Che, quien predicó con su
ejemplo personal la aplicación de estos conceptos revolucionarios en África y
América Latina así como a las decenas de miles de combatientes
internacionalistas cubanos que igualmente hicieron suyas estas ideas.
*Destacado dirigente revolucionario cubano, actualmente Embajador de Cuba en
Namibia