Columnas

Friday, December 01, 2017

#Fidel: Siempre la fe en la victoria

Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Después de 7 días  de navegación desdeTuxpan,  México, llega a la playa  Las Coloradas, Niquero, Cuba, el yate Granma con su carga de 82 hombres dispuestos a ser “ libres o mártires”. Era el 2 de diciembre de 1956.
 La expedición  la organiza, desde México, por el Movimiento 26 de Julio y su líder máximo Fidel Castro Ruz, para llevar a un grupo,  entrenado militarmente,  con el fin de comenzar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista, en las montañas de Oriente,
Para lograrlo  adquieren el pequeño yate Granma, de poco más de 13 metros de eslora y 4.76 metros de manga. La mayoría de los tripulantes sin experiencia marinera. El mareo predomina y golpea el fuerte oleaje.

 Ernesto Guevara,  médico de la expedición, describe,  luego del triunfo,  la situación reinante en el yate:
“(…) el barco presentaba un aspecto ridículamente trágico: hombres con la angustia reflejada en el rostro, agarrándose el estómago. Unos con la cabeza metida dentro de un cubo y otros tumbados en las más extrañas posiciones, inmóviles y con las ropas sucias por el vómito (…)”.
En esas difíciles condiciones llegan a  tierra cubana,  por el sur de Oriente,  un terreno cenagoso que les hizo muy difícil todo. El desembarco fue tan enredado como el viaje, pero nada amilana a estos dignos hijos de la Patria.
 Desde su arribo estuvieron vigilados por la aviación y perseguidos por tropas del ejército batistiano.  El día 5 llega el bautismo de fuego, con la  sorpresa  en Alegría de Pío, donde  acampan. La novel tropa tiene sus primeras bajas y se dispersa en la desconocida zona.
Quienes quedaron  logran, poco a poco, reagruparse y establecen un conjunto guerrillero en las montañas, como  núcleo primario del futuro Ejército Rebelde.
El 2 de diciembre marca el inicio de la lucha por la independencia total del territorio nacional, iniciada en el siglo XIX.
Sobre ese importante hecho, dijo el Che Guevara: “ Debemos estar apercibidos contra todos los intentos y propósitos de dividirnos, luchar contra quienes pretendan sembrar la semilla de la discordia entre nosotros, los que amparados en designios conocidos aspiran a sacar partido de nuestras discordias políticas y azuzar prejuicios imposibles en este país.
“Hoy todo el pueblo de Cuba está en pie de lucha y debe seguir así unido para que la victoria contra la dictadura no sea transitoria y sea éste el primer paso de la victoria de América."
Con el triunfo revolucionario, el Primero de Enero de 1959, termina la lucha insurreccional en las montañas y comienza el viraje radical de la nación cubana liderado por Fidel, quien desde el primer momento  sentencia: “No nos engañamoscreyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo…”
A lo largo de estos años, su fe en la victoria nos  acompaña siempre, desde aquella seguridad, cuando el desembarco del yate Granma, “si salgo llego, si llego entro y si entro triunfo”.
O la alegría contagiosa  cuando al encontrarse con Raúl, en Cinco Palma, después del revés de  Alegría de Pío: “Cuántos fusiles traes, le preguntó, cinco dijo Raúl y yo 2, ahora si ganamos la guerra”.
La  confianza en la victoria y la capacidad de vencer los obstáculos son enseñanzas de Fidel, el hombre que sobrevive a más de 600 atentados y mure cuando quiso, precisamente, un  25 de noviembre del 2016 a 60 años de la salida del Granma de México y enterrado en el  cementerio Santa Ifigenia,  próximo a su mejor maestro: Martí,  el histórico 2 de diciembre.







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